¿Cuántas veces no nos hemos
querido derrumbar, llorar, gritar con todas nuestras fuerzas! y decir “¡ya no
puedo más!”?, ¿Cuántas veces no hemos querido que alguien llegue en ese momento nos abrace y nos consuele diciendo “todo está bien, no te preocupes” y quedarnos
ahí y llorar entre sus brazos, como cuando éramos niños?, ¿Cuantas veces nos han dado ganas de “tirar la toalla”
y no saber más?... Estoy segura que
alguna vez no solo lo pensamos, sino que lo hicimos, sí, “tiramos la toalla”
pues no quisimos luchar más.. Pero ¿sabes qué? ¡Hoy tienes que recogerla!.
Cuando Jesús llego al huerto de Getsemaní, la palabra de Dios dice; “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”. Jesús de rodillas oraba y le decía a su Padre: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa”… ¿Te imaginas ese momento? Debía haberse sentido demasiado abatido, sabiendo que el motivo por el cual había nacido estaba muy cerca, el saber lo que sufriría y pagaría por ¡todos los pecados del mundo!, era como decir: "Padre, ¡ayúdame! porque ya no aguanto más, no soporto más esta angustia, ¡ni esta tristeza! ¡Es un sacrificio demasiado grande!"...
Cuando Jesús llego al huerto de Getsemaní, la palabra de Dios dice; “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”. Jesús de rodillas oraba y le decía a su Padre: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa”… ¿Te imaginas ese momento? Debía haberse sentido demasiado abatido, sabiendo que el motivo por el cual había nacido estaba muy cerca, el saber lo que sufriría y pagaría por ¡todos los pecados del mundo!, era como decir: "Padre, ¡ayúdame! porque ya no aguanto más, no soporto más esta angustia, ¡ni esta tristeza! ¡Es un sacrificio demasiado grande!"...
Él sudaba como gotas de sangre, y estaba pidiéndole a su Padre, a su "entrenador",
que “tirara la toalla”, pero Él Padre guardo silencio y Jesús aún en medio de su
agonía le dijo: “no se haga mi voluntad, sino la tuya”, y en ese momento se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle y lo comenzó a
consolar…
La vida no es fácil y el camino
con Cristo
tampoco,
pero la biblia dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celeste”, pero también
dice: que Jesucristo “los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz”.
¿Sabes qué hubiera pasado si
Él Padre hubiera cambiado de opinión, si hubiera “tirado la toalla”? simplemente
nada hubiera tenido sentido, el objetivo principal no se hubiera cumplido. Él
Padre sabía que su hijo sacaría fuerzas para levantarse y seguir adelante,
porque tenía un propósito y ese propósito bien valía la pena.
Jesús, es ahora nuestro apoyo,
nuestro “entrenador” y Él no ha tirado la toalla por nosotros. Él sabe que podemos
levantarnos, que podemos alzar la mirada y luchar un poco más, Él sabe lo que estamos pasando, el mejor que
nadie entiende lo que es estar en agonía. Por eso siempre está ahí, dispuesto a fortalecernos
como aquel ángel.
No sabemos
que puede pasar si volvemos a pelear, lo que si sabemos es que Dios no va a dejar que
dejemos de intentarlo... Dios jamás apoya fracasos! al contrario, Dios nos dice: "Te diseñe para ser como Yo, ¡Guerrero! Por
algo me llamo Jehová de los Ejércitos así que LEVANTATE Y ¡PELEA!".
Guardemos pues esta “toalla” y
llevemos siempre presente que se vale pedir “tiempo”, para llorar, para
tirarnos al suelo y hacer berrinche si queremos, tiempo para reflexionar para recordar
que nunca tenemos que dejar de luchar, con esta toalla limpiaremos todas nuestras
lagrimas, cada vez que estemos en pruebas, dificultades, cuando ya no podamos
más!. Si tal vez tengamos que gritar de dolor o de angustia pero, cada vez que tengas ganas de “tirar la toalla”, recuerda a Jesús en el calvario y di: ¡No voy a tirar la toalla! ¡Jamas la voy a tirar!, al contrario gritaremos fuerte “¡NO LA VAMOS A TIRAR!” y ¡voy a salir adelante!, Porque Dios esta conmigo y si Él esta conmigo, ¿Quién contra mi?". ..
Sabes? en mi vida muchas veces he sentido miedo, he tenido muchas tristezas, he
llorado tanto que a veces he sentido que no puedo llorar más, al igual que
muchos me he sentido sola, me he cansado, y no he sabido que decisión tomar…
Nunca antes entendí como aprendí a ser valiente ó porque después de sentir que la
vida no tenia sentido tenía ganas de luchar, de reír, de ser feliz… Hoy con
gran gozo en mi corazón me doy cuenta que Él, como buen “entrenador” siempre ha
estado conmigo, y hoy mas que nunca que he aprendido a descansar en sus brazos,
a guardar silencio y escucharlo, ahora que he aprendido a dejar mi vida en sus
manos, pero lo más importante he comprendido que nunca debo rendirme antes de
tiempo ya que, el
fracaso nunca es definitivo para los que comienzan de nuevo con Dios. Dice la biblia
en "Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien..." Romanos 8:28, Dios
hace que todas las cosas sean para bien de aquellos que lo aman.
Idea original tomada de la predicación "No tires la toalla" del Pastor Cash Luna
Adaptación: Vanessa Vidaurre