Que triste fue levantar la mirada
y comprender que ya nada cambiaba,
ahora me doy cuenta el tiempo
que perdí llorando, aquel amor
que el destino cruel me robo...
Fue difícil seguir viviendo,
seguir riendo y así levantando
la mirada como quien no
reprocha nada, te encontré...
Y aquello que creía olvidado
volvió a crecer, con más fuerza
y rabia que me derrumbe,
al contacto de tu mano,
al contacto de tu piel...
Y así, sin darme cuenta
me olvide del pasado,
aquel pasado que mato
mi mundo sin importarle
que yo moría con el...
Y aún así te ame, aunque
mañana nada cambie,
hoy te dí mi alma y
tú robaste mi ser...
Hoy levanto la mirada
ya sin importarme nada
y bien digo:“Siempre te ame,
aún cuando no lo hayas creído”...
No hay comentarios:
Publicar un comentario